ANIVERSARIO DE "EL RETORNO"
Por: Lic. Eduardo Vásquez Terán.
Este día se abre,
el libro de la vida de la historia de la Ciudad de San Miguel de Ibarra, para
encontrarnos en una de sus páginas más significativas: La Segunda Fundación o
Refundación de la Ciudad de San Miguel de Ibarra, el 28 de abril de
1872.Nuestra Ciudad conmemora con cívico alborozo, 144años de Aniversario de
“El Retorno de las ibarreñas e ibarreños a su lugar natal”.
En la “Monografía
de Ibarra”, de la Sociedad Cultural “Amigos de Ibarra” Volumen 5, se encuentra
una cantidad importante de datos sobre este hecho histórico.
Y no tendría
sentido si no se hace referencia primero a aquel terrorífico antecedente del
Terremoto de la Ciudad de Ibarra. En la madrugada del 16 de agosto de 1868, a
eso de la una de la madrugada, la ciudad fue sacudida por un terrible cataclismo,
que sumió a sus hijos en la angustia y desesperación. “No quedó piedra sobre
piedra”, dijo, el Gobernador de ese entonces, Don Manuel Zaldumbide.
El sismo alcanzó
7,5 grados en la escala de Richter. Los
registros nos dan a conocer que el terremoto fue regional, afectando a
Atuntaqui, Otavalo, San Antonio, entre otros pueblos. Y con un saldo angustioso
de alrededor de 20 mil muertos. Sólo en
Ibarra, fueron más de 9 mil, los que fallecieron en la hecatombe.
Entre los
sobrevivientes de la catástrofe encontramos al Gobernador de ese entonces Manuel
Zaldumbide; al Coronel Teodoro Gómez de la Torre; al canónigo Dr. Mariano
Acosta; entre otros.
En los documentos
de la época se sienten palpitar todavía el espanto y la angustia, así en el
primer aviso dado al siguiente día, 17 de agosto de 1868, por el sobreviviente,el
Gobernador Don Manuel Zaldumbide, al Ejecutivo dice textualmente:
“República del
Ecuador.- Gobernación de la Provincia de Imbabura.- Ibarra, 17 de agosto de
1868.- Al Señor Ministro del Interior.- Señor: - En medio de la profunda
consternación de los pocos que hemos quedado con vida y entre la completa
desolación y ruina de este pueblo, participo a usted, para conocimiento del
Gobierno, que el domingo, a la una de la mañana, fue sepultado todo el pueblo
de Ibarra, bajo las más espantosas ruinas ocasionadas por un terremoto ocasionado,
según se cree, por el volcán de Ocampo.
No queda, pues de este pueblo más que escombros y quizá la sexta parte
de su población; los que viven son contados, y de estos la mayor parte han sido
invalidados dentro de las ruinas. Los
pueblos vecinos han sido igualmente destruidos.
Los temblores siguen hasta hoy haciéndose sentir casi a cada hora. Más tarde podré comunicar a usted noticias
más circunstanciadas sobre esta espantosa catástrofe; pues hasta este instante
no se ha podido conseguir ni papel en qué escribir, ni un individuo que sirva
de posta.- Dios guarde a usted. Manuel Zaldumbide”.
En un folleto
publicado luego por el mismo Don Manuel Zaldumbide describe el terremoto de la
siguiente manera:
“El Terremoto
fue, y la desolada ciudad quedó en mudo, profundo y pavoroso silencio. Quien
haya pasado por cosa semejante sólo podrá comprender la angustia mortal
de aquellos terribles instantes, y lo que pasó dentro de nosotros en aquellas
horas de agonía y desesperación. El aire
se pobló de débiles y confusos alaridos.
Al fin llegó esa pálida aurora y a su débil luz el cuadro más
desgarrador que pudiera imaginarse. La
Ciudad desoladas, las calles cerradas con hacinados escombros, grupos de gentes
desfiguradas… Empolvados, sangrientos, cadavéricos, despavoridos los
semblantes; por mitad vestidos los cuerpos con los trajes más peregrinos… era
esto más que funesto acontecimiento de vivos, una fantástica y espantosa fiesta
de muertos que habían salido de sus sepulcros”.
Con sencillez Don
Manuel Zaldumbide logra a grandes brochadas trazar el cuadro desolador de la
ciudad aniquilada de súbito.
El terremoto de
Ibarra, del 16 de agosto de 1868, fue trágico y terrible, no sólo por la
cantidad de miles de muertos, sino e incluso para la historia misma de la
Ciudad, que se vio afectada por la destrucción total de los registros y datos
de la Ciudad, que se aprestaba a cumplir los 262 años de Aniversario de su fundación
del 28 de septiembre de 1606. En realidad fueron muy pocos los documentos que
se pudieron recuperar de la devastada ciudad y bien se podría señalar que las
páginas de la honrosa historia de la Ciudad de San Miguel de Ibarra, han sido
recortadas por el sismo.
Así el Retorno es
un hecho histórico de profunda importancia, prácticamente, se trata de la Segunda
Fundación o Refundación de Ibarra, luego de que fuera destruida por el
Terremoto de 1868.
Los ibarreños conmemoramos
los 144 años de Aniversario de “El Retorno”, como uno de los hechos más
prodigiosos dentro de los sucesos de nuestra historia, que evidencian el
espíritu indomable, lleno de cariño y amor por nuestra tierra, incluso después
de la angustia y desesperación de miles de familias, que como justo ahora,
vuelve a ocurrir, luego de un terremoto, que ayer y ahora, en medio de la
inclemencia de la madre naturaleza, deja sepultados a sus hijos, mientras
nuestras familias lloran de espanto y dolor.
Los ibarreños y
las ibarreñas, de aquel entonces, demostraron una entereza a toda prueba, lo
que les sirvió para que se levantaran de la catástrofe y enrumbaran,
nuevamente, a nuestra ciudad, por el camino de eterna presencia en el mundo.
El amanecer del
día domingo 28 de Abril de 1872, debió ser uno de los más maravillosos que ha
tenido la Ciudad de Ibarra. Cuatro años
después de la angustia y desesperación, las familias que huyeron de su tierra,
a los terrenos de la Parroquia “La Esperanza”, a las faldas del Cerro Taita
Imbabura, volvían a su lugar natal.
Los poetas,
historiadores y escritores señalan con acierto y en más de una de sus obras
que: Ibarra se levantó como el mito del “Ave fénix”, pues murieron para renacer
con toda su gloria.
Es en este
entorno que los ibarreños celebramos los 144 años de aniversario, para
ratificar desde siempre y para siempre que esta ciudad, sabe sobre ponerse al
infortunio, y, que los problemas son oportunidades para demostrar la
solidaridad, el amor por nuestro terruño y sobre todo ese don de gentes, como
una característica esencial, en la norma de conducta y actitud que tenemos las
y los ibarreños, en busca del bien común.
Ayer, como ahora
y para siempre, la Ciudad de San Miguel de Ibarra, ya no es la misma; la ruta
trazada por nuestros ancestros, por nuestros abuelos, por nuestros padres, ha
dado sus frutos.
Atentamente,
Lic. Eduardo Vásquez Terán
C.I. 1000931798
NOTA - BIBLIOGRAFÍA:
La mayoría, sino
todos los datos y textos le pertenecen a la Sociedad Cultural “Amigos de
Ibarra” (Roberto Morales, Abelardo Morán, Juan Viteri Durán, Fausto Yépez
Almeida, entre otros), autores de la “Monografía de Ibarra”, en todos y cada
uno de sus volúmenes publicados; y, para quienes guardo un especial respeto y
afecto, por haberme permitido recopilar parte de su trabajo para honrar a
Ibarra.
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